El 80 % de las enfermedades transmitidas por los alimentos (entre los que se encuentra el agua) se originan en el hogar, en restaurantes y/u otros establecimientos de hostelería, por lo que debés tomar medidas de prevención tales como lavarte las manos después de ir al baño y lavar con agua limpia los alimentos que vayas a consumir, además de cuidar el agua que bebés.
Algunas de las enfermedades o infecciones provocadas por agua contaminada o en mal estado son la salmonelosis, el cólera, la hepatitis A y la transmisión de la Escherichia coli, entre otras.
La leche materna contiene entre un 85 y un 90 % de agua. Por eso, es importante que la mamá beba aproximadamente dos litros de agua por día para producir leche y así, mantenerse hidratada.
A través de la leche materna, los más pequeños reciben anticuerpos, alimento y la hidratación que necesitan para crecer sanos y fuertes. Es importante que las mamás lleven una alimentación saludable, rica en frutas y verduras que posean líquidos e hidratarse con agua purificada de la mejor calidad. Durante el periodo en que el bebé se alimenta exclusivamente con leche materna no suele necesitar líquidos adicionales, salvo situaciones excepcionales.
A partir de los seis meses, el lactante ya está en condiciones de comenzar a incorporar en su dieta alimentos complementarios a la leche materna. En este momento, al haber una mayor carga renal de solutos, es necesario darle agua con frecuencia, ya que la obtenida por la ingesta de leche materna u otros alimentos resulta escasa.
En un bebé es difícil diferenciar la necesidad de satisfacer la sed o el hambre. Por eso, se debe controlar constantemente la ingesta de agua.
La niñez es la etapa durante la cual se fijan los hábitos. Por eso es importante comenzar desde ese momento a crear hábitos que permitan tener una vida sana.
Para el cuerpo de un niño, la hidratación es fundamental para los procesos metabólicos. No solo es importante lo que los niños beben, sino que beban mucho líquido durante el día. La falta de hidratación puede generar trastornos como falta de atención y concentración.
Por las noches la producción de saliva disminuye, por lo que es importante que los niños no coman ni beban nada, excepto agua, después de lavarse los dientes y antes de ir a dormir.
La adolescencia es la etapa en la que las personas de ambos sexos comienzan a preocuparse por su imagen, su cuerpo y su cuidado personal. En este momento de la vida toman decisiones, a partir de dichas preocupaciones, que no siempre son saludables, por lo que a veces no producen los efectos deseados y más bien maltratan el organismo y la salud. Recordemos que el agua es un elemento imprescindible para llevar una vida sana.
Si estás en esta etapa, aquí encontrarás algunos consejos que te ayudarán a cuidar tu salud.
El agua es muy importante para tener una piel saludable:
- Es necesario beber al menos ocho vasos de agua al día para garantizar la hidratación interna de la piel.
- Además de la hidratación, el consumo de agua es importante para depurar el organismo y eliminar toxinas, que pueden ser causantes de acné.
- Es imprescindible lavarse la cara (solo con agua) dos veces al día, por la mañana al levantarse y por la noche antes de acostarse.
Para mantener el cuerpo en forma, el mejor método es comer de forma saludable y realizar ejercicio diario:
- Comienza con un deporte que no exija mucho al cuerpo si hace tiempo que no haces actividad física.
- Es necesario beber agua antes, durante y después de la actividad física para hidratar el cuerpo.
- Es preciso consultar al médico para elegir una dieta completa, variada y acorde a tus gustos.
Es muy común que el ritmo de vida actual conduzca a hombres y mujeres a llevar una vida sedentaria. Muchas horas de oficina, sentados o de pie, provocan que la circulación en el cuerpo no sea la adecuada.
En general, los individuos más afectados por este tipo de vida son los adultos que trabajan. Por eso es muy importante que la ingesta de agua sea la adecuada. Lo recomendable es beber alrededor de ocho vasos de agua al día.
Es habitual que las muchas ocupaciones cotidianas lleven a las personas a olvidar algo tan importante como beber agua, o a que la consuman solo cuando tienen sed.
Por eso es recomendable tener siempre una botella o vaso de agua en la mesa o lugar de trabajo, para obligarse a tomar conciencia de la cantidad de agua que se necesita.
A pesar de que en esta etapa de la vida no es necesario ingerir tanta agua como en la niñez o la adultez, sí es conveniente controlar la cantidad consumida, dado que el mecanismo de la sed no funciona correctamente en la tercera edad.
Por ello se recomienda beber agua de forma constante para prevenir cualquier grado de deshidratación.